martes, 16 de enero de 2018

Empty


Something has left my life And I don't know where it went to.
 
Me sobreviene de repente la emoción de ver vídeos de los cuarenta en la lista del finde cuando el tubo no existía, cuando internet era algo lejano que desde luego, no teníamos. Cuando éramos pequeños pero no tanto. Recuerdo las horas de sofá y vídeo rec-play, grabando para poder verlos después del tirón. Recuerdo a mi madre en la cocina preparándonos la comida contenta de sabernos a salvo en casa, recuerdo más bien su esencia mientras nosotros gritábamos porque salían los Crámberris y cantábamos inventándonos la letra cuando tocaba, como siempre. Entiendo ahora lo que era ser feliz sin darme cuenta.

Somebody caused me strife,And it's not what I was seeking,


Recuerdo las tardes en casa de Anagarcía, recuerdo nuestras meriendas dulces a tope, nuestras risas por tonterías tan importantes, nuestra profunda amistad. Recuerdo los dientes perfectos en el love is all arround, nuestra canción bandera del limonero y más allá de esas tardes, recuerdo sus cartas y mis misivas manuscritas con un Nick cramberriano como símbolo de lo que significaba el grupo para mí. Recuerdo inocencia escurriéndose rápido. Recuerdo ahora y lamento no haber sido consciente entonces pero sonrío porque aquellos momentos fueron estupendos. Y estoy aprendiendo (o intentándolo fuerte) a superar la nostalgia a base de tragar saliva y pensar que eso que viví fue maravilloso y una suerte.

Didn't you see me, didn't you hear me Didn't you see me standing there
, Why did you turn out the lights Did you know that I was sleeping.

Recuerdo la turra en el coche a mis padres, recuerdo el concierto cuando era ya mayor pero seguía bailando igual de mal, recuerdo lo que nos unía Dolores. Recuerdo haberme despertado sabiendo que Linger iba a ser la canción perfecta para quién tenía claro que iba a llevarse el ramo. Podría haber sido Green Day pero para mí, la canción más vinculante era esa. Porque Los cránberris me los enseñaste tú y porque formaron parte de la banda sonora de nuestra vida juntos en casa.

Say a prayer for me Help me to feel the strength I did
, my identity has been taken Is my heart breaking on me.

Los escucho hoy, ahora, entre multitudes de facturas, trabajo, cierres contables y mierdas adultas que me dan de comer y me vienen tantos recuerdos, tantos momentos, tanta gente que quise, que quiero. Me viene tanto ella a la cabeza. Y no, no es Sabina, no es María Dolores Pradera, pero sí es otra Dolores que se va y que me recuerda a ella estando cerca, cotidiana, doméstica y gallina. Y que ha conseguido que vuelva a escribir, fíjate.

All my plans fell though my hands, they fell
Though my hands on me.


The Cranberries es un recuerdo de agudos femeninos, de bailes arrítmicos que no entendía nadie, de tomas doradas con pelucas y naves ardiendo. De niños en blanco y negro. De amor. De vinculación familiar y amiga. De tregua. De saberme todas las canciones mientras suenan. De los 21. De unión. De sueños… Y de repente me entero porque mi hermano me lo dice… que se ha muerto Dolores. Ok. Cuelgo. Y sigo con la cena de Be y Pulgarcito. Y la acuesto. Y me voy al gimnasio y de camino me asalta la pena. Pero no una pena por la pérdida de una persona, no. Una pena por una nostalgia brutal que me clava en el sitio. Una pena por un echar de menos un pasado que en su momento fue normal pero que ahora se me antoja necesario porque ella estaba, porque todo era normal y estaba bien y tontos de nosotros no lo disfrutamos como debimos. Una pena adoptada, también.


Y de repente, se me presenta un lunes triste y un martes en modo remember when que me aporta cosas, pero no todas buenas. Gestiono fatal la tristeza pero me alegro que me haya proporcionado ese momento de viaje en el tiempo a momentos sencillamente preciosos, aún sin saber que en un futuro los contemplaría así.

All my dreams, it suddenly seems...

Empty
 

No hay comentarios: